ME CASÉ!! Y AHORA?

CAPITULO III

LA BODA

“El día antes de mi boda no pude dormir de pensar que todo saliera perfecto, imaginando ese momento cuando entrara a la iglesia y ver a mi amado en el otro extremo esperándome con su rostro lleno de felicidad y nervios a la vez ¡Y así fue!”

Ese día 12 de mayo de 2012 me levante muy temprano para terminar algunos detalles, no me provocaba comer nada, estaba completamente ansiosa; desde el mediodía estuve en el salón de belleza maquillándome y peinándome, parecía una princesa, luego cuando ya faltaban dos horas para casarme, estaba en mi casa colocándome cuidadosamente mi hermoso vestido con la ayuda de mi mamá, giro hacia ella y con lágrimas en su rostro supe lo orgullosa que se sentía al ver a su hija mayor casarse de blanco en la iglesia y con un fuerte abrazo le demostré lo agradecida que estaba con ella por su esfuerzo y sacrificio de sacarme adelante y convertirme en la mujer que ya era.

Haciéndome los últimos retoques, estaba lista para dar mi SI ante Dios, luego de Recibir la bendición de mi abuela y de mí madre partimos hacia la iglesia.

Cuando llegué mi corazón se quería salir, estaba muy nerviosa y a la vez feliz, es una combinación de tantos sentimientos que solo quien lo vive es quien lo puede describir.

Me bajé del carro y me ubiqué cerca de mi papá para hacer la entrada ceremonial, no fue como lo soñé, fue mucho mejor. Dar esos pasos y aproximarme a mi futuro esposo fue una felicidad inmensa, todas las miradas estaban puestas en mí, me sentía como una reina.

Después de ese momento mágico en que nos prometimos estar juntos hasta que la muerte nos separe, sellar ese pacto de amor ante Dios con un beso, nos declararon marido y mujer… ¡NOS CASAMOS!

Muy felices nos fuimos para la fiesta, fue una sorpresa para mí encontrar ese lugar hermosamente decorado, tal como quería y sobre todo resaltando mi color favorito, el rojo, fue una fiesta donde nos divertimos, compartieron con nosotros las personas que nos querían, fue un matrimonio inolvidable; AH! y por fin a esa hora pude comer”.

Después de esa fabulosa boda no pueden seguir faltando los momentos mágicos, donde no queremos soltarnos, cuando ya nos pueden decir señor y señora con apellido de casada, es una experiencia inigualable.

Pero como todo en la vida, no son solo fiestas y viajes, volvemos a la realidad, regresar al trabajo, continuar con nuestras rutinas, con la única diferencia que ya no estamos solas, si no acompañadas del hombre que elegimos, levantarnos junto a él y darle ese primer beso de buenos días, llena nuestra relación de amor y bendición.

EDICIÓN

Angélica Urzola Mosquera

AUTORA Y ESCRITORA

 Angélica Fuentes Ruiz

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sin el permiso escrito del autor 

La Obra se encuentra registrada en la Dirección Nacional de Derechos de Autor

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